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Todos empezamos a escribir por la misma razón: para liberar los pensamientos más profundos que tememos pronunciar en alto; para ahogar nuestras ansias de llorar y de gritar; para libar el sabor de vaciarnos un poco por dentro y llenar, de arriba abajo, una hoja en blanco que sin nuestros pedacitos de alma en vela, seguro seria del todo insustancial. Ésta es la versión más pura de mi alma. Más bien dicho: esta es mi alma en carne viva. Descubre mis palabras, saborea mis ideas insumisas, absorve un poco de mi eséncia. Dicho esto, soy Alessia Garnet: un futuro, joven y prometedor proyecto de escritora. Una pequeña alma blanca, viva, caótica y valiente.

dimecres, 15 d’abril del 2015

Un Peter Pan perdut al Segle XXI: Introducció

UN PETER PAN PERDUT AL SEGLE XXI

Nota de l’autora: En primer moment, em disposava a inculcar dins el meu relat el factor de la fantasia, l’inventiva i l’anonimat. Malgrat es tractés d’una història personal preferia deixar, a mans del lector, discernir el que era veritat del que era ficció. En una segona pensada, me n’he desdit. El que tenen de bo les històries d’amor o, més aviat, els drames és que són reals. Així doncs, estimat lector, em despullaré i deixaré nua la meva tímida crònica per tal de satisfer els teus gustos exquisits de fera devoradora. De totes maneres, la tardor i l’hivern ja han passat i ara els bulbs exploten brillants sota el sol primaverenc.

Atentament: Alessia Garnet

Introducció

Bé, per començar, et posaré en situació…

Ell era d'aquella manera. No hi havia més a afegir. Podia semblar perfecte des de fora, malgrat tenir petits i insignificants defectes (és clar) però en pots estar ben segur, era d'aquelles persones que fa goig mirar. El que passa és que ell, precisament ell, tenia alguna cosa del tot especial. Ho vaig notar tan sols parlar-hi per primera vegada. Tenia aquella mena d'arrogància que tant bé conec i sé identificar en les persones (més per manca que per abundància). No es una arrogància qualsevol, no. De fet està ben lluny de ser prepotència o falta d'humilitat. És el coneixement de saber que s’és diferent. Perdona, no, diferent no és la paraula. Divergent. Sí, diguem-ne divergent. És un tipus de divergència que atorga una freda superioritat alhora de parlar. És com una segona veu que s'escapa i flueix paral·lelament amb les paraules que ens surten dels llavis. S'escapa sense que hi puguem fer res. Sí, vindria a ser això. Doncs el que deia, si bé no va ser al descobrir la seva existència immediatament, va ser al identificar i sentir aquell indici de divergència sorgir de les seves paraules. Me'l vaig mirar de dalt a baix i vaig pensar, d'amagat i per dintre, que estàvem predestinats a conèixer-nos. El que no sabia, però, és que la casualitat només havia reservat tres dies per a la tasca. La vida mai és justa, és veritat: a vegades dóna tant i a vegades tant poc... És a les nostres mans decidir quan acceptem les coses que ens dóna i quan prenem el que no se'ns dóna però ens pertoca, però bé, això són figues d’un altre perer i, malgrat tingui molt a veure amb el que em disposo a explicar, no ve al cas. Per ara.

En aparença, era una persona normal. Un noi estudiós, amb una clara ambició per la vida i uns arguments prou vàlids sobre el món. En realitat, era un noi exemplar, d'aquells que costa pescar. Em va agradar descobrir-lo a ell d'entre totes les persones que, fins a aquell moment de la meva vida, amb 19 anys, havia conegut i em va agradar, sobretot, descobrir que ell també m'havia descobert a mi. Pensaràs que és una manera exagerada de fer ús de la paraula "descobrir" però és que no se m'acut cap manera millor de descriure el que vaig sentir aquell dia. En realitat, a vegades, em fa por pensar en la plenitud i exactitud dels meus records sobre aquell dia. La memòria és ben estranya. Recordo que era novembre i, malgrat no feia massa fred (la fredor encara estava per arribar), Barcelona ja estava banyada d'aquella olor de mar llunyà, d'aquella sensació a sol minvant i aquell aroma a estiu recent marcit. La vida rutinària s'havia tornat a posar en marxa des de feia ben poc i les bogeries lligades al bon temps començaven a quedar enrere. Jo era allà, bastant per casualitats de la vida, sense esperar gaire d'una tarda gris i boirosa de novembre i, per suposat, ell també era allà. Desconec les seves expectatives sobre aquell vespre però el que és important és que ell, definitivament, era allà. Al igual que jo. I aquí, senyors i senyores, és on comença la història del meu petit Peter Pan perdut al segle XXI.

diumenge, 12 d’abril del 2015

Lo que somos, las guerras que libramos.

A veces, sin quererlo, nos adentramos en rincones oscuros y profundos de nuestras mentes, sitios donde viven en controversia nuestros errores e ideas del pasado, nuestros deseos y sueños del presente y la incertidumbre e ilusión del futuro. Quienes hemos sido, quienes queremos ser y como debemos acabar siendo. Nos encaprichamos de los conceptos y nos complicamos buscando una respuesta y una justificación clara de todos nuestros actos.

Tenemos, a menudo, una extraña sensación que nos lleva a cuestionarnos las razones de nuestro modo de obrar cómo si no pudiéramos, simplemente, dejarnos llevar por lo que somos. De verdad, nos encaprichamos de los conceptos: los sociales, los éticos, las modas,... Y es en el proceso de analizar nuestra situación respecto a ellos que a veces nos perdemos a nosotros mismos en la búsqueda de esa brizna de comprensión extraoficial. Somos frutos de nosotros mismos aunque, claro está, debemos crearnos una opinión propia sobre todo aquello que nos rodea pero debemos comprender primero que es inútilmente inútil luchar contra tu naturaleza solo porque creas que es mala. 

La felicidad no nace de aquello que la sociedad implica que conlleva felicidad sino de aquello que, contra todo pronóstico, sea capaz de hacernos feliz. Incluso si va en contra de las leyes naturales del universo, no deberíamos cuestionarnos el porqué, deberíamos, simple y únicamente, disfrutar de ese diminuto fragmento de surrealista e imperfecta felicidad. Verás, las personas, por lo general, podemos ser cuatro cosas: agua, aire, fuego o tierra. Aunque es común que tengamos también un poco de todo, es lo que denominaríamos equilibrio. Si piensas un poco más allá, los primeros en filosofar sobre la naturaleza del humano nos describieron así: estábamos hechos por los cuatro elementos y, según mi parecer, quizás no fuera una reflexión con mucho trasfondo científico pero algo de certidumbre sí contenía.

El agua es cambiante, no tiene una forma fija pero siempre tiene un rumbo determinado y siempre encuentra el modo de llegar a él, buscando caminos complicados y subterráneos si es necesario. Es fuerte, aunque no lo parezca, pero suave y completamente adaptable.

El fuego, al contrario, no tiene nada de suave. Raramente tiene destinos fijos y se deja llevar por las circunstancias, ardiendo sin darse ni siquiera cuenta. El fuego abrasa y a la vez, hiela en su ausencia, es eso que quieres tanto pero a la vez sabes que no puedes poseer porque, no es constante, ni siquiera sabe a dónde va.

El aire goza de la delicadeza y la calma. Sabe esperar y sabe romper. Es ese que siempre está pero a veces no percibimos ya que aguarda siempre el momento idóneo. Nunca se pierde, solo espera y se maravilla viendo como el resto juegan a ritmo incesante.

Por último, tierra. Es tan fuerte que sin ella nada más existiría. Es ese punto de apoyo, eso capaz de mantenernos firmes y fieles, de algún modo, a lo que somos el resto. La tierra es fuerte pero, a la vez, testaruda y terriblemente inalterable. Es aquella que nunca te va a fallar pero tampoco te va a acompañar en caso que debas cruzar océanos para encontrar un poco de luz.

Todos estamos hechos de porcentajes determinados de cada tipo, algunos más puros, otros más equilibrados. Somos una mezcla pero somos como somos y no podemos no estar en acuerdo con ello ya que, sin duda alguna, el primer paso hacia esa "paz interior" de la que tanto se habla es aceptar como somos, sin intentar alterar los cristales de los minerales que nos configuran como almas, como personas vagantes de este mundo infame.



Alguien me contó, hace poco, que el querer ser distinta le removía las tripas hasta el punto de rozar la inestabilidad, creí que debía decirle algo al respeto y pensé sobre lo que todas esas ideas que zumbaban por su cabecita despertaban dentro de la mía y, gracias a ello, me di cuenta de algo. 

Somos almas exhaustas, estamos terriblemente cansados de tanto luchar y, aun así, no tenemos porqué luchar tanta guerras porque, cuantas más, menos venceremos.

Déjame explicarme, la primera guerra siempre es inevitable: es la guerra contra el destino, contra la vida, esa en la que caes y debes levantarte, esa en la que constantemente debemos aprender a levantarnos una y otra vez siempre y aunque todo parezca perdido. La segunda es esa en la que vas a luchar para sobrevivir y adaptarte a las ideas cambiantes de tu alrededor, no siempre es dura, no siempre requiere luchar pero, aun así, es una guerra. La tercera será esa que lucharás para convencerte de que la segunda debe ganar, esa en la que te forzarás a traicionar tu verdadera naturaleza solo por el hecho de que creas que puede ser incorrecta. Es una guerra sin sentido que te va degradar los adentros sin que ni siquiera te des cuenta. 

Así mismo, olvídate de la tercera, eres perfecta tal como eres. No la vas a ganar. Nunca. Tu belleza inconscientemente intrínseca tiene demasiadas armas. Despéjate de la segunda, fluye sin más. Céntrate en ser tu mejor versión y usa tus mejores cartas en la primera y, solo así, verás que puedes ser vencedora, que puedes ser feliz, que puedes ser tu misma.

Alessia Garnet

dimarts, 31 de març del 2015

La Rochelle de mes Yeux

Ciao Bloggers, 

Como ya os conté ayer hoy actualizo el blog desde La Rochelle, esta pequeñita ciudad costanera de la que os hablé: perdida en la bañada costa Oeste al Átlantico, escondida en la Francia Occidental a cuestas del mar. 

He tenido tiempo de tomar algunas fotografías que espero os gusten y os hagan sentir un poquito lo que se respira desde aquí: aire con sabor a sal, viento con olor a altamar y gente hecha al más puramente estilo francés.

Café que no sabe a nada, crèpes que saben a delito y jardines siempre verdes resguardados de miradas ignorantes, estupefacientes a aquellos que los sepan valorar.

Imágenes hipnotizantes a ojos cuyas pupilas sepan derretirse al vislumbrar un poco de agua verde e immensa y tierna tranquilidad.

Parajes invisibles a almas cuyas ideas no sepan romper los espejos de la realidad y entrar por completo en el mundo de la subrealidad.

Ça c'est La Rochelle de mes Yeux, ce que je regard, ce que mes yeux voyent.
Ésta es La Rochelle de mis Ojos, lo que observo, lo que mis ojos ven.

Alessia Garnet






diumenge, 29 de març del 2015

Salut, La Rochelle.

Hey, La Rochelle.
Salut, La Rochelle,

I'd like to put you all in context. Maintenant, je suis a La Rochelle. Right now I find myself in La Rochelle, a lost coastal town in the Western side of France. I just arrived an hour ago and the sky has been looking grey ever since we left Barcelona, my hometown. Down there it was warm and sunny but, suddenly, in here it is all cold and foggy. In spite of disliking I am loving it. You may not agree but this is the perfect scenario for what I have in mind, which is: writing, studying, relaxing, not caring about my daily life and focusing in finding my, utterly lost, equilibrium back again because I couldn't be more sincere when I say I really, really gotta bring it back to me. A little bit of peace. A little bit of space. Yes, please.


So you might still be wondering what is it I am doing here (besides the writing and relaxing and bla bla part), well, in that case, the answer is my sister's been living here for three months now for her Erasmus semester so me and her boyfriend just came up here to stay with her for the holidays which, if you have noticed it makes three of us. A corny couple in love and me. Yes, and me. But, seriously, it's fine. Just to be a little bit on my own not caring much about other people, just being a little bit alone with myself in order to resolve this chaos taking place in my mind. This mess hurting in my heart.


This is only the first day, I went for a brief walk around the city right before getting to write this post and I already got some of this cities' essence. I like it. It has something of a graceful and endearing enchant. It's kind of small, quiet and cute. Low buildings, houses, classic and chick bars and stylish boutiques. The harbour, the sea sound, the salty smell flying in the air and a little bit of freedom. Finally, freedom.


So, here I am, La Rochelle, what is it you've got for me?
Alors, ici je suis, La Rochelle, c'est quoi que tu as pour moi?










Kisses, my beloved readers.
Bisous, mes aimées lecteurs.

Alessia Garnet.

dijous, 19 de març del 2015

Equivocar-se

Els moments que ens porten a equivocar-nos.
Els moments que ens porten a cometre errors irremeiables.

A vegades penso en els factors que ens porten a aquests moments. Els factors que activen el detonant d'aquests desastrosos instants.
Em qüestiono si són intrínsecs o bé conseqüents, si són fruits de la casualitat o si, en tots els casos diferents i possibles, ens haguessin dut al mateix resultat.

Crec que aquells que no tenen prou valor per actuar i decidir es posen en boca paraules com destí i casualitat, ambdós descendents de la fortuna, ambdós excuses per justificar accions, preguntes, respostes i remordiments.

Tractar de casualitat els successos inesperats és restar importància a moments vitals, és ignorar portes que ens durien a llocs, situacions o persones increïbles. 
Alhora, tractar de destí als mateixos successos és veure les portes però, en aquest cas, deixar que elles t'escullin a tu.

Les coses bé han de passar per certes raons i a això, d'alguna manera, se li pot dir destí o casualitat. El que no ho és, és el que nosaltres decidim fer envers aquestes, decidir quines portes obrirem i quines tancarem, decidir lluitar o decidir deixar-se vèncer, decidir obrir-ne una o obrir-les totes. Per això són paraules que mai haurien de ser utilitzades com excuses, són paraules trampa. 

És aquí on les persones tenim l'oportunitat de demostrar el que som i el que valem. Com sempre dic, "God made us Human. We choose who to be".

De la mateixa manera, encarar una por no és dolent, en canvi, acceptar-la i deixar-la anar una darrera vegada, deixar-la amagar-se de nou potser sí que ho és. Com ja he esmentat, és la decisió que prenem el que fila el següent moviment del que entenem per destí o, si ets dels que "passa de tot", casualitat.

Tota acció té una repercussió; tota decisió, una altra de conseqüent. No som víctimes del que ens passa (almenys la majoria de vegades), són les nostres pròpies decisions les que ens hi duen. No ens han trencat el cor, hem permès que ho fessin. No l'hem cagat sense voler, hem decidit fer-ho. No hem robat un petó inconscientment, ho hem fet plenament conscients.

Ser conseqüents, ser valents. Equivocar-se. Obrir o tancar portes.


Alessia Garnet

dijous, 12 de març del 2015

Sometimes, I hate nature.


Sometimes I hate nature. Yes, indeed I do. I hate its simplicity, its harmony, its perfection. I hate how simple it is its reason to be. How simple its beauty and its awesomeness and then how hurting and painful when spring is rushing and approaching impregnating it all of colours and sweetness on its way. Apparently, nature is just nature but, as my dear writer Arthur Golden wrote, "when we feel pain, even the blossoming trees seem weighted with suffering to us..."

(On the right: a homemade picture of the blossoming Acassia sp. tree in my garden)






Alessia Garnet.

dimecres, 4 de març del 2015

Sal con un valiente!

Ciao bloggers!

Hoy os ofrezco un artículo genial con el que he tropezado esta tarde en mi sesión de FB-Zapping. "Sal con un valiente" me parece la filosofia perfecta y exacta para vivir viviendo de verdad y es que, en este preciso momento de mi vida, no podria sentirme más identificada con las ideas que transmite el autor. Sal con un valiente, debes saber que no te mereces nada por debajo.

Disfrutad de las palabras, mis querido bloggers y, como siempre digo, "que el sonido de nuestras risas sea mayor que el de cien guerras indecisas, y que nuestras palabras sean siempre fuertes e insumisas".

Alessia Garnet


No existe hombre tan cobarde como para que 
el amor no pueda hacerlo valiente 
y transformarlo en héroe.
Platón

El mensaje es claro: sal con un valiente. Esto no quiere decir que intentes, a ser posible, salir con un valiente, no. Quiere decir que salgas con un valiente. Con un valiente o nada.

Nadie debería enamorarse de alguien que, tras el tiempo suficiente, no sea capaz de decirte: “mi apuesta eres tú”. All in. Todo el mundo merece escuchar, al menos, un “¿sabes qué?, me la juego contigo”.

Al igual que tú, he visto a personas reaprender un deporte tras perder algunas partes de su cuerpo; he visto a gente trabajar meses o incluso años sin cobrar y a otros trabajar en un restaurante de comida rápida para terminar y ponerse a escribir, pintar o bailar porque eso no les da aún de comer; y he visto a un hombre que no puede vocalizar ni coger un lápiz revolucionar la ciencia… Y aún así, siempre hay alguien que dice: “no, es que no es mi momento”, “es que estoy centrado en mi trabajo”, “es que salgo de una relación” y demás excusas para llevarse el polvo pero dejar el mueble. Si hay amor se encuentra la manera.

Vivimos en una época donde no hay dragones que matar ni tierras que conquistar, y donde el acceso a recursos y las oportunidades son tan abundantes que saber lo que se quiere e ir tras ello constituyen el único espacio para el heroísmo. Hoy, el (principal) problema no es que no se pueda, sino que no se quiera lo suficiente. La mayoría de cosas que no hacemos no es por dificultad, es por falta de amor.

Creo que la valentía es el valor más grande que puede tener un ser humano. Un valiente arriesga, elige, toma partido, se hace responsable y crea su destino. Es el capitán de los optimistas, pues no solo ve lo bueno sino que lo persigue sin negociar. Una persona así solo puede hacer tu vida más rica.

Como le gusta decir a Álex Rovira, “el coraje, más que la ausencia de miedo es la consciencia de que hay algo por lo que merece la pena que arriesguemos. El coraje es la fuerza del amor al servicio de la consciencia”. Y es que coraje y amor son atributos que se ven en el espejo: el que ama, arriesga y el que arriesga, ama.

“Detrás de alguien que arriesga, hay alguien que ama.”

Cuando no sepas dónde están esos valientes, fíjate en los que dicen sí diciendo no, pues detrás de alguien que renuncia hay una persona que elige, detrás de alguien que elige hay una persona que arriesga y detrás de alguien que arriesga hay una persona enamorada. Donde hay un valiente, hay un amante.
Lo que diferencia a alguien valiente de un “cobarde” es que no se queda parado ante la bifurcación pensando en lo que pierde o en lo que renuncia, sino que ve en ti una victoria y ganancia suficiente como para no tener que mirar atrás. No se echa a un lado pensando que siempre puede venir algo mejor, porque acepta que el mundo es imperfecto, que tú lo eres… que los dos lo sois. Sabe que lo importante no es ni larealidad, ni lo que hay, sino lo que podéis llegar a crear, y para eso no hace falta ser perfectos, hace falta ponerse manos a la obra.

Una persona valiente no está pensando en las chicas o en los chicos que deja escapar, está pensando en ti. Eres su apuesta y su elección, y cualquier otro lugar le parece segunda división.

Nunca verás a un valiente haciendo una lista de pros y contras, porque para ellos el amor no es un mercado ni tú un producto más. Las decisiones racionales las deja para los yogures o las hipotecas, nunca para sus sueños. Nadie se hizo rico apostando en pequeñas cantidades.


“Los valientes se la juegan porque “esa aventura no se la pierden”.

Si lo piensas bien, muchos de los dolores de cabeza amorosos que has tenido podrían haberse evitado saliendo con un valiente. Así que, la próxima vez que vayas al mercado de parejas de viaje, solo tienes que abrir los ojos y mirar de una forma que quizás no hayas hecho antes: en lugar de buscar por la categoría belleza, profesión, estudios, o dinero, busca por la categoría sé quién soy/sé que quiero. Desconfía de lo pulcro, los cánones y lo resplandeciente, y fíate de la sangre y lo sucio, pues los valientes están llenos de arañazos y cicatrices, aunque a veces no se vean. Los valientes se baten el cobre, son los que bajan a la arena y se la juegan porque esa aventura “no se la pierden”. Es muy difícil encontrar a un valiente con el traje impoluto.

Un valiente no entiende la estúpida forma que tiene la cultura de valorar el éxito o el fracaso y la pérdida o la ganancia, pues cree que a nadie que lo ha dado todo se le puede exigir nada y que lo único que verdaderamente se puede perder en la vida no es una pareja, un partido, un sueldo, etc., ellos saben que lo único que verdaderamente se pierde en la vida son oportunidades.


*(Y digo un valiente como digo una valiente. Me niego a afear un post con arrobas y barras si puede sobreentenderse).

Autor: Pablo Arribas
Link: http://www.eluniversodelosencillo.com/sal-con-un-valiente/