About me

La meva foto
Todos empezamos a escribir por la misma razón: para liberar los pensamientos más profundos que tememos pronunciar en alto; para ahogar nuestras ansias de llorar y de gritar; para libar el sabor de vaciarnos un poco por dentro y llenar, de arriba abajo, una hoja en blanco que sin nuestros pedacitos de alma en vela, seguro seria del todo insustancial. Ésta es la versión más pura de mi alma. Más bien dicho: esta es mi alma en carne viva. Descubre mis palabras, saborea mis ideas insumisas, absorve un poco de mi eséncia. Dicho esto, soy Alessia Garnet: un futuro, joven y prometedor proyecto de escritora. Una pequeña alma blanca, viva, caótica y valiente.

dimarts, 31 de desembre del 2013

Mi vida, mis derechos. Siglo XXI por favor.

Aloha bloggers, al habla Alessia:) Hacía tiempo que quería escribir algo sobre este tema que nos ataca a todas las mujeres en el hondo de nuestra humanidad pero no encontraba el tiempo ni las palabras adecuadas para expresar toda mi frustración hasta que encontré a Diana Lopez, de quien he decidido dejaros la opinión con la cual estoy de acuerdo a más no poder, obviamente, referente a la ley contra el aborto. Espero que lo disfrutéis y os saque, al menos, una sonrisa ya que todo este tema es para ponerse a llorar.


Una manifestante porta una pancarta durante una manifestación contra la nueva reforma de ley del aborto, en Madrid.


MI COÑO 

Es bastante probable que a simple vista parezca que tengo un coño normal: tiene sus labios (internos y externos), su clítoris justo encima, su vagina en medio, su vello púbico (más del que me gustaría)… absolutamente nada con lo que sorprender al personal (con el gustazo que tiene que dar ser hermafrodita). Pero, desde mi punto de vista, mi coño tiene una particularidad bestial: es mío, y yo decido lo que entra y lo que sale de él.

Cuando una mujer es consciente de su sexualidad y de su cuerpo, que no es ni más ni menos que una parte importantísima de su vida, sabrá qué tiene que hacer con su coño. Del mismo modo en que aprendimos a no meter los dedos en los enchufes (sinceramente, no conozco ningún caso de muerte por choque eléctrico) o a no echar las piernas a la vía del tren, sabemos lo que hacer con nuestros órganos sexuales. Cualquier mujer inteligente, que sepa utilizar sus manos y sus piernas y alimentarse solita sabrá cómo utilizar su coño. Las mujeres, señor Ministro, no somos deficientes por defecto. Puede que usted haya tenido malas experiencias, pero le advierto que abusar de una persona deficiente no está bien visto. Ni siquiera en España.

Dicho esto, yo me considero una mujer competente, autónoma y lo suficientemente adulta como para saber si quiero procrear o no. Del mismo modo, considero que absolutamente todas las mujeres que conozco y con las que tengo relación: mis amigas, mis compañeras de trabajo, la dependienta del Zara, la de la gasolinera, la contable de mi padre, mi madre o mis cuñadas, están sobradamente capacitadas para saber qué hacer con sus respectivos coños. Lo cual, además, no deja de ser una decisión personal que de ninguna manera me afecta a mí. Bastante trabajo me da el mío (depilaciones, citologías, menstruaciones…) cómo para preocuparme del de la vecina.

Pero partiendo cómo partimos del principio de que la inmensa mayoría de la población española es medianamente inteligente me pregunto yo qué coño –con perdón- le importará a usted señor Ministro, a la Iglesia y a la panda de fachas que pasean carteles asquerosos mientras defienden guerras que matan a niños (de los carne y hueso), lo que sale de MI COÑO.

Porque yo follo con quien quiero, Alberto. Y cómo quiero. Como soy una mujer inteligente, utilizo métodos de anticoncepción que, dicho sea de paso, son una barrera contra las indeseables enfermedades de trasmisión sexual. Sepa también, que prácticamente ningún hombre –inteligente, a mi entender- con el que me he acostado se negaría a tener sexo sin protección la primera noche. Y que algunos hombres –inteligentes, por supuesto-, lo pidieron expresamente. Si yo, nublada por el calentamiento o por el amor que sentía hacia esa persona, hubiese cedido y hubiese aceptado mantener relaciones sin preservativo quizá me hubiese quedado embarazada. Quizá también me podría haber quedado embarazada con mi pareja, por haber jugado algún día más de la cuenta –las relaciones son un juego de dos, a mí la masturbación no suele embarazarme-, porque falló el método anticonceptivo –fallan, se lo aseguro- o porque esa persona me obligó a hacerlo. Afortunadamente, a mí no me ha pasado. Pero si me hubiese pasado, yo, mujer inteligente, hubiese querido abortar.

¿Sabe por qué? Tengo 27 años, he estudiado, soy profesional y NO quiero ser madre en estos momentos. Además, creo que tengo derecho a equivocarme como usted y como alguno de sus cuatro hijos, que, seguro, alguna vez debieron de haber practicado sexo sin haber convertido ese polvo en un ser humano.

Tengo derecho a abortar sin ser estigmatizada por ello y a hacerlo en las condiciones médico-sanitarias que se esperan de un país europeo en el año 2014. Tengo derecho a no joderme la vida porque un día algo salió mal y ni usted, ni mis padres, ni un cura, ni un psiquiatra ni el mismísimo Dios aparecido en la Tierra pueden negarme mi derecho a decidir lo que sale de MI coño.

Porque entonces, cuando yo y otras mujeres demos a luz, y en el hipotético caso de que todo saliese bien, tendrían usted y su gobierno que hacerse cargo de todos los hijos no deseados que llevan mala vida porque sus padres simplemente, no estaban preparados. O no podían darle un hogar. O no se conocían casi entre ellos. O no podían alimentarlos correctamente, o comprarles sus medicinas. Cosa, que, como bien sabrá, pasa cada día en España. Una nación que tiene el vergonzoso honor de tener a casi un 30 por ciento de la población infantil viviendo bajo el umbral de la pobreza, sólo por detrás de Bulgaria y Rumanía en el conjunto de los 27 países de la Unión Europea.

¿Sabe usted, señor Ministro, cuántos niños hay tirados ahora mismo en las calles de España? ¿O sin calefacción? ¿Y sabe los que comen todos los días lo mismo? ¿Se ha preocupado de conocer a aquellos que llevan los zapatos rotos al colegio? ¿Y a los que no han podido comprar un abrigo este año? ¿No le dan pena? A mí, sí. Lo que no me da pena es un embrión de pocas semanas que, sintiéndolo mucho señor Ministro, ni siente ni padece y que, efectivamente, podría convertirse en algo mucho más importante y entonces sí –y no antes- merecería toda su atención y la de su gobierno. Mientras tanto, amantes como son de la vida, deberían de preocuparse de que yo y el resto de las mujeres de este país tengamos una vida digna, estemos sanas y traigamos hijos deseados al mundo que tendremos que cuidar, inteligentemente, el resto de nuestras vidas.

dilluns, 30 de desembre del 2013

New new splendid year.


D'alguna manera, al sonar la darrera campanada que anunciava la fi del 2012 i donava la benvinguda al 2013 sabia que aquells nous dígits portarien desgràcies, amb certes alegries, sí, però sabia que aquell 2013 que just començava vindria replet de llàgrimes. Com ho sabia? D'això no en tinc ni idea però tot i que esperava, per sobre de tot, estar equivocada, aquest 2013 m'ha anat foradant com una màquina de fer forats. Sé que no hauria de ser tan negativa però els fets són els fets i si bé he passat un dels millors estius de la meva vida, la veritat és que aquest estiu tan sols ha sigut la desintoxicació de tot pel que havia passat fins al moment d'agafar aquell vol cap a Itàlia. Aquest 2013, si més no, m'ha servit per fer-me, d'alguna manera, més forta i valenta però a quin preu? Al preu de fer-me gran i major d'edat el dia que la meva Teresina se n'anava al cel i ens deixava per sempre més..., al preu de ser abandonada i ferida per la persona que més m'havia estimat en molt de temps..., al preu d'equivocar-me cop rere cop i donar l'esquena a aquells que només volien ajudar-me..., al preu de fer allò que sabia que no havia de fer, de trair, conscientment, a aquells que estimava, de trair directament al meu cor i al preu de no saber lidiar amb les conseqüències dels meus errors i infligir encara més dolor als que m'estimen. Al preu de perdre el meu avi, que havia llençat la tovallola i perdut les ganes de seguir endavant feia ja temps, al preu de no voler acceptar-ho, de no voler acceptar la mort d'algú que feia temps que s'havia pansit per dins. Ho vaig pagar al preu de fer-me mal, a completa voluntat, mentre els altres em veien agonitzar dins el meu silenci. De convertir-me en un glaçó de gel per fora i cremar per dins sense demanar ajut a aquells que l'únic que volien era veure'm feliç. Felicitat. Estranya paraula. Durant un temps vaig oblidar el que significava. Durant un temps vaig viure entre dolor i odi constantment debatent-me entre unes ganes de viure sufocades per un dolor malcurat i persistent. Sort del sol, em deia, sort que amb el sol les tristeses se'n van amb més facilitat i sort de la calor, que et recorda que no cal refugiar-te sota capes i capes per poder caminar a la intempèrie. Sort de no ser a Barcelona on tot em recorda a llàgrimes i sang. Sort de ser aquí, caminant entre canals i mansions venecianes, on ningú em coneix, on ningú pot jutjar-me pel meu passat: on ningú sap que no sóc tan forta com aparento. On ningú em tornarà a fer mal perquè, si quelcom vaig decidir desprès de tantes nits en vela, vesant llàgrimes sense pausa, va ser que no deixaria que em tornessin a fer mal, que no tornaria a ser com un estel que vola enlaire al gust del seu capità. No. A partir d'aquell estiu seria una Alba segura de les seves accions, forta i valenta. Inclús vaig decidir perdonar, quan n'estigués preparada, a tots aquells que havien contribuït a fer-me caure i, encara que a vegades tot aquell rancor em remou la panxa, he après a fer-ho, a perdonar a qui tant he odiat desprès d'haver-lo estimat desmesuradament. No sóc perfecta ni d'allò més madura ni sensata però he après a decidir per mi mateixa pensant en tot el que les meves accions poden desencadenar. He après a tancar els ulls quan la pell em crema de ràbia i a agafar aire quan tot el que vull es deixar-me caure des dels núvols de la meva consciència. He après a ser millor del que era abans de marxar i he après a acceptar allò que forma part de mi, allò que sóc. Passat-present-futur. He après a distingir i entendre com he de separar i viure els moments i les oportunitats que aquesta vida em brinda a cada pas que faig, perquè si més no, jo sóc la capitana de la meva ànima i sóc jo, i ningú més, qui sap per tot el que he passat i per tot el que sóc capaç de passar. Per sort, aquest 2013 també m'ha obert portes: somnis, vocacions, amistats, aspiracions, projectes, reptes, ... . El 2014 no em fa venir un calfred a la nuca com ho feia el pensament del 2013. Esperem que sigui tan maco com el terra post-tardorenc, tenyit dels colors de les patates, els moniatos i la vella natura. Que el sol sigui fort i càlid a l'estiu i la brisa porti sempre aromes de mar i frescor. Que l'hivern ens cegui amb la seva puresa blanquinosa i la primavera ens enamori a base de pètals dels colors "pastel".


Bon final de 2013 i feliç entrada a un esplèndid 2014!



Alessia Garnet & Fitch.

dimarts, 17 de desembre del 2013

Lost thoughts

¿Sabes? Me equivoqué. Creía que podía encerrar a todos mis fantasmas bajo paño y llave y que nunca volverían a molestarme. Pensaba que una vez les diera la espalda se irían para no volver jamás. Pensé que tras todo un verano, tras tres preciosos meses ya no quedaría ni rastro de esa versión ingenua de mi, simple, inocente y frágil pero, ¡Que estúpida soy! "mala hierba nunca muera" dicen... Puedo, al menos, decir que no he roto mis promesas y que no he recaído; no por falta de ganas pero por fuerza y valor. Soy humana y no puedo evitar que se me pongan los ojos llorosos cuando veo a mi abuela solita, hablando de las cosas que le gustaban a mi abuelo o pensar en la gente que perdí esta mierda de año en un abrir y cerrar de ojos...todo ha pasado de un modo que, aunque haya querido quitarle peso, me ha cambiado..., dos adioses, un desamor, heridas, heridas por todos lados.. Y es que hay esos pequeños momentos, esos diminutos instantes en que me dejaría ir, me quitaría esa coraza que llevo encima y lo enviaría todo a la mierda. Jodeos. ¿Queríais verme caer? Ahí lo tenéis, ya está, tan fácil. Y aun así, cuando lo daría todo por perdido recuerdo esas promesas que me hice de sueños y aventuras que son la alegría de mi vida. No se trata de agarrarte a las cosas si no de ir a por ellas, supongo. De mirar a otro lado cuando las cosas se ponen feas y saber volver después para aclararlas, mirándolas desde otra perspectiva, desde otra distancia y desde otro punto. A veces más vale ser fuerte que ser valiente, oí a alguien decir..



dimarts, 10 de desembre del 2013

The 5 holly regrets.

Hola, os dejo aquí un artículo que he leído y me ha impactado muchísimo. Me encanta y creo que es algo que todos deberíamos tener presente y en consideración en el día a día.
La fuente no es mía pero espero que la disfrutéis igual que si yo la hubiera escrito. La encuentro fascinante e inspiradora.  A. Garnet


"ENFERMERA REVELA LAS CINCO COSAS QUE LA GENTE MÁS LAMENTA EN SU LECHO DE MUERTE" 

"...Durante muchos años he trabajado en cuidados paliativos. Mis pacientes eran los que habían ido a casa a morir. Algunos momentos increíblemente especiales fueron compartidos. Estuve con ellos durante las últimas tres a doce semanas de sus vidas.

La gente madura mucho cuando se enfrentan a su propia mortalidad. Aprendí a nunca subestimar la capacidad de una persona para crecer. Algunos cambios fueron fenomenales. Cada uno de ellos experimentó una variedad de emociones, como es de esperarse, la negación, el miedo, el enojo, remordimiento, más negación y finalmente la aceptación. Sin embargo, cada paciente encontró su paz antes de partir, cada uno de ellos.

Cuando se le preguntó acerca de los arrepentimientos que tenían o cualquier cosa que haría de manera diferente, los temas comunes surgieron una y otra vez . Éstos son los cinco más comunes:

1. Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí.
Este fue el lamento más común de todos. Cuando las personas se dan cuenta de que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás con claridad, es fácil ver cuántos sueños no se han cumplido. La mayoría de la gente no había cumplido aún la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que era debido a las elecciones que habían hecho, o que no hicieron.

Es muy importante tratar de honrar al menos algunos de sus sueños en el camino. Desde el momento en que se pierde la salud , ya es demasiado tarde. La salud conlleva una libertad de la que muy pocos se dan cuenta, hasta que ya no la tienen.

2. Ojalá no hubiera trabajado tan duro.
Esto salió de cada paciente de sexo masculino que cuidé. Se perdieron la juventud de sus hijos y la compañía de su pareja. Las mujeres también hablaron de este pesar. Pero como la mayoría eran de una generación anterior, muchos de los pacientes de sexo femenino no había sido el sostén de su familia. Todos los hombres que cuidé lamentaron profundamente el haber gastado tanto sus vidas en la cinta de una existencia de trabajo.

Al simplificar su estilo de vida y tomar decisiones conscientes en el camino, es posible que no necesite los ingresos que usted cree. Y mediante la creación de más espacio en su vida, usted será más feliz y más abierto a nuevas oportunidades, otras más se compatibles a su nuevo estilo de vida.

3. Ojalá hubiera tenido el coraje para expresar mis sentimientos.
Muchas personas suprimieron sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a ser lo que eran realmente capaces de llegar a ser. Muchas enfermedades se desarrollan como un resultado relacionado con la amargura y el resentimiento que cargan.

No podemos controlar las reacciones de los demás. Sin embargo, aunque las personas pueden reaccionar inicialmente al cambiar la forma en que están hablando honestamente, al final se plantea la relación a un nivel completamente nuevo y más saludable. O eso, o soltar las relaciones poco saludable de su vida. De cualquier manera, usted gana.

4. Me hubiera gustado haber estado en contacto con mis amigos.
A menudo no se dan cuenta realmente de los beneficios de los viejos amigos hasta después de semanas de convalecencia, y no siempre fue posible localizarlos. Muchos de ellos habían llegado a estar tan atrapados en sus propias vidas que habían dejado que amistades de oro se desvanecieran por el paso de los años. Pese a los lamentos profundos acerca de no dar a las amistades el tiempo y el esfuerzo que se merecían. Todo el mundo pierde a sus amigos cuando está muriendo .

Es común para cualquier persona en un estilo de vida ocupado, dejar que las amistades desaparezcan. Pero cuando usted se enfrenta con su muerte de cerca, los detalles físicos de la vida desaparecen. La gente quiere tener sus asuntos financieros en orden si es posible. Pero no es el dinero o el estatus lo que tiene una verdadera importancia para ellos. Quieren poner las cosas en orden más para el beneficio de aquellos a quienes aman. Por lo general, sin embargo, están demasiado enfermos y cansados para manejar esa tarea. Al final todo se reduce al amor y las relaciones. Eso es todo lo que queda en las últimas semanas, el amor y las relaciones.

5 . Me hubiese gustado permitirme a mí mismo ser más feliz.
Esta es una sorprendentemente común. Muchos no se dieron cuenta hasta el final de que la felicidad es una elección. Se habían quedado atrapados en patrones y hábitos antiguos. El llamado “confort” de la familiaridad desbordado en sus emociones, así como su vida física. El miedo al cambio les había hecho vivir fingiendo a los demás, y para su yo, que estaban contenidos. Cuando muy adentro, anhelaban reír de verdad y tener esa estupidez en su vida de nuevo.

Cuando uno está en su lecho de muerte, lo que los demás piensan de ti está muy lejos de tu mente. ¡Qué maravilloso es ser capaz de sonreír otra vez , mucho antes de que te estés muriendo!..."


La vida es una elección. Es su vida. Elija conscientemente, elija sabiamente, elija honestamente. Elija felicidad.